Llega la edición número 21 de rock al parque y después de llevar más de 10 años de asistir sin falta (al menos uno de los tres días), ahí estábamos cumpliendo la cita. Como siempre con toda la ansiedad de ver a esa banda favorita que esperamos en cada edición. Este año sería el turno para Ataque En Contra, P.O.D., Pericos, Cafres, A.N.I.M.A.L., Ill Niño y Sum 41. Infortunadamente por cruces en los horarios de presentación hubo sacrificios y no se pudo ver el show de todas, algo triste por ese lado. Sin embargo los shows que se lograron presenciar sacaron toda la emoción que venía guardando tras la espera del mismo; gritos, saltos y cabeceos eran los gestos que fluían naturalmente ante cada acto.
Se percibió una policía muy amable y poco rigurosa, lo que a mi forma de ver ayuda a demostrar esa tolerancia que tanto se busca exaltar en el festival, aunque por otra parte y sin entrar en detalles, la flexibilidad de la policía también permitió evidenciar la presencia del narcotráfico de manera descarada.
Algo positivo que se mantuvo tras iniciar en la versión anterior, fue el área de comidas que inclusive mejoró y las carpas de marcas con propuestas innovadoras que ambientaron el lugar de manera excelente.
Hubo bastante presencia extranjera, principalmente de nuestros vecinos ecuatorianos, peruanos y panameños, fueron los que logré identificar, aunque también se vieron personas con rasgos anglosajones.
Y como todo no puede ser perfecto, luego me enteré de que hubo actos de violencia entre los “moshpits” algo que no observé directamente, pero en términos generales fue un muy buen rock al parque, este festival que año tras año hace nuestros sueños realidad, a pesar de tantas críticas que recibe, yo siempre me he dado por bien servido, por eso no está demás agradecer a la Alcaldía, IDARTES, a las bandas y todos los patrocinadores que hacen que rock al parque siga existiendo.
por: Jorge Ivan Leiva